24 may 2017


El liderazgo de la araña.

Que los líderes pasen al frente! Pero sólo los líderes, los auténticos! Aquellos que no necesitan una posición de “jefe” o “gerente” para sumar voluntades. Esos que se legitiman a cada instante, independientemente de la “legalidad” de su función.
De esos quedan pocos, verdad?
En esta oportunidad deseo expresarme acerca de un tipo de liderazgo que no se enseña en las escuelas de Administración: el liderazgo de la araña. Quien ejerce esta forma de liderar, desarrolla su trama centrado en una red casi invisible tejida por ella misma y cuya estructura guarda estricta relación con el espacio ocupado y su necesidad de lograr objetivos.
La araña es depredadora, y generalmente solitaria. Pese a que posee gran cantidad de pares de ojos, su vista es deficiente. Por ello, usa la telaraña no sólo para capturar pequeños insectos que caen allí, sino como una forma de recibir información de manera constante. Cualquier situación que suceda en la superficie de su trama (sin importar la distancia al centro) es inmediatamente conocida por su dueña debido a la sensibilidad para decodificar las vibraciones de la tela.
Quienes trabajan en las inmediaciones de la araña, muy a menudo conocen de la existencia de ella. Sin embargo, debido a la elección de su escondite y la transparencia de su entramado, difícilmente puedan verla y dimensionar su alcance. Eso genera dos cuestiones de tensión en el resto: todos estarán alerta a sus propios pasos para no caer en la trampa; y nadie intentará arrebatarle el lugar de líder.
Todo eso se traduce en algo inevitable: la araña usualmente toma decisiones correctas. Por qué? Porque tiene experiencia como depredadora: sabe cuándo esperar su turno y cuándo llegar a su objetivo con velocidad. Lleva un veneno consigo casi tan paralizante como su potencialidad para dañar. Y, además, cuenta con información casi completa del entorno en el que se mueve.
Cualquier similitud con la realidad, es pura coincidencia.

14 may 2017

La birome que quería ser lápiz.


Había una vez una sucursal formada por un homogéneo equipo de lápices negros. Su Gerente, un robusto marcador indeleble, estaba satisfecho con el desempeño de aquellos lápices en general. Incluso, alardeaba frente a sus pares por haber podido reunir una docena de trazos similares, que se reemplazaban internamente sin que los clientes noten la más mínima diferencia entre unos y otros.

Un buen día, uno del equipo alcanzó la jubilación y dejó una vacante a cubrir. Por ese motivo, se consultó al Rata para obtener su conformidad sobre el candidato de mercado presentado por la Región Mochila. Se trataba de una prometedora birome azul de trazo grueso, esbelta y con capuchón al tono.
El Rata, que meditaba largamente antes de otorgar una aprobación de tal magnitud, se encontró incómodo al ser consultado, dada la poca experiencia de la postulante. Inmediatamente acudió a su recurso más utilizado: hurgar sobre el tema, buscando información completa, a fin de que el mero paso del tiempo y el devenir de los acontecimientos actúen por cuenta propia, desactivando o relativizando la necesidad de plasmar su visto bueno.
En el caso de que todo aquello fallara, el nerviosismo frecuentemente forzaba al Rata a acudir a utilizar tiempos indefinidos en sus afirmaciones y, paralelamente, comenzar siempre las frases con un sencillo “no” como latiguillo.

Mientras tanto, el tiempo pasaba, el añejo lápiz ya disfrutaba de su merecido jubileo y la sucursal comenzó a sentir la ausencia. El Gerente se alarmó ante la necesidad de comprar más gomas de borrar para atender errores menores, pero que se repetían cada vez con mayor asiduidad. Así, alertado y preocupado, se decidió llamar al Rata:
-      Buen día Rata, querido, habla marcador de la sucursal cartuchera. Te llamo por la necesidad de cobertura en esta sucursal. Quiero saber si pudiste enviar el mail con tu conformidad para el ingreso de la birome azul.
-      ¿Cómo está Don marcador? No, justamente estaba con su tema. Todavía no pude reunir toda la información que necesitaría para responder el correo.
-      Pero Rata, por favor, decime si estás de acuerdo. – el Gerente empezaba a mostrar su impaciencia.
-      No, bueno, entiendo que la birome sería una buena candidata, pero tengo dudas acerca de cómo se adaptaría en un equipo de lápices.
-      Se trata de una birome joven, vos mismo la entrevistaste. Tiene ganas de trabajar y está dispuesta a desarrollarse hasta convertirse en lápiz.
-      No, yo comprendo, pero ¿y si no se adecúa a la realidad de sus compañeros? Tengamos en cuenta que es birome, azul y con acotada experiencia.
-      ¿Azul? ¿qué tiene de malo que sea azul? Yo mismo soy de ese color.
-      No, no digo que sea necesariamente negativo. Pero ya tenemos dos diferencias con sus compañeros: no es lápiz y no es negra.
-      Yo le doy todo mi aval para el ingreso. Solo quiero que me digas, con tu criterio, qué período de entrenamiento necesitará.
-      No, pienso que con tres meses podría empezar a cambiar de color. Y para llegar a reemplazar a un lápiz… necesitaría el doble de tiempo.

Cuando el Gerente llamó a la candidata para consensuar la fecha de ingreso, ella lo atendió desde la puerta de la librería. La birome, segura de su postulación y de su capacidad de adaptación, había comprado un brillante sacapuntas de metal.

Por su parte, el Rata seguía intentando terminar de redactar su mail de conformidad.

7 may 2017

Transferencias bancarias sin límites?

El BCRA aprobó que las entidades financieras deberán quitar los límites en los montos de las transferencias si sus clientes lo solicitan.
Se trata de una medida con las siguientes características:
  • Se aplicará para una operación puntual, ya sea en pesos o en dólares.
  • Al igual que cualquier transferencia, la operación no debe pagar comisión.
  • El banco deberá habilitar el trámite solicitado por su cliente, para un día indicado y en el horario de 9 a 18hs.


Fuente: bcra.gob.ar, 27/04/17.

28 feb 2012

Conformación del sistema financiero argentino.

El sistema financiero argentino está formado por 64 Bancos, 14 Financieras y 2 Cajas de Crédito.

Fuente: diario La Nación, Economía y Negocios, 24/02/12; BCRA.

22 ago 2009

Leyenda: la "Jura" del tesoro.

Una de las primeras tareas que se le asignaban a los jóvenes ingresantes consistía en una particular demostración de compromiso. Se trataba de un acto repetido de generación en generación de bancarios, con la constancia inalterable de una cofradía o hermandad.

En el primer día de trabajo, luego de finalizado el horario de atención al público y el balanceo de las Cajas, se daba paso al solemne y singular acto (no institucional, no oficial, pero sí muy sentido).
Así, en una improvisada reunión conformada por todos los empleados de la sucursal, se le indicaba al nuevo colaborador que comience con la antigua y heredada actividad: el “Juramento” del tesoro.
De esta manera, el ingresante daba lectura a un pequeño párrafo en el cual se ponía de manifiesto la responsabilidad asumida por sobre los valores atesorados en la agencia. En general, el texto guardaba similares formas a las de cualquier compromiso escrito, con alguna frase del siguiente tipo “En la Ciudad de XX, a los XX días… y en ocasión de mi ingreso al Banco, yo, XX juro proteger todos los elementos resguardados en el presente tesoro…”

Sin embargo, el final era algo más difícil de creer: “en caso de necesidad, haré uso de mis ahorros y, siempre que sea preciso, incluso de mis tickets de almuerzo! para dar cumplimiento con el presente juramento.”

Si bien no conozco ningún evento en el cual se haya tenido que hacer efectiva la promesa en cuestión, la “jura” del tesoro era una hermosa demostración de respeto… por los billetes y las monedas!!

13 ago 2009

Leyenda: tareas difíciles.

Según cuentan las historias de bancarios, existían tres tareas difíciles (casi imposibles) que les eran encomendadas a los nuevos empleados.
La primera de ellas consistía en la búsqueda de una máquina muy particular: la máquina “de encontrar diferencias”. De esta forma, el ingresante pasaba largo rato en el archivo (y antiguamente los archivos eran gigantes) buscando el aparato en cuestión. En ocasiones se formaban pequeños equipos de búsqueda para hacer más divertida la actividad.
Lamentablemente, la máquina “de encontrar diferencias” nunca existió (al menos no estaba en mi sucursal, les aseguro!!).

La segunda y la tercera labor eran algo más sucias. Al finalizar el primer día de trabajo, se asignaba al nuevo empleado la desmotivante, oscura e indeleble tarea de lavar los elementos utilizados durante la jornada. Más precisamente, dos elementos: el papel carbónico y la almohadilla de tinta para sellos…
De más está decir que, al día siguiente, se aceptaban manos manchadas pero solo con uñas limpias!!

10 ago 2009

Leyenda: sobres redondos.

Dicen que hace mucho tiempo, como parte de la bienvenida se le asignaba una tarea muy importante al empleado bancario ingresante. La misma consistía en cumplir el siguiente encargo: debía ir a la librería a comprar “sobres redondos para circulares de BCRA”.

De más está decir que no existen tales sobres. Sin embargo, el dueño del local, ya acostumbrado a recibir a los obedientes nuevos empleados del Banco, formaba parte de la parodia. Así, la respuesta era siempre la misma: “acabo de vender el último, pero la semana que viene volvé porque seguro recibo el pedido de sobres”.
Finalmente, al poco tiempo la verdad era revelada y, generalmente, el ingresante sorprendido se enojaba con el señor del comercio (cómplice de la broma).